La vida de la actriz
mejicana María Guadalupe Vélez de Villalobos conocida como La Lupe ilustra algunos puntos del post “¿Todos los mercadólogos son unos mentirosos?“ que hice no
hace mucho. En él intentaba explicar porque Seth Godin se equivocaba al afirmar
que un mercadólogo puede sacar conejos de la chistera. Como argumentos esgrimía básicamente dos:
1. “Estamos programados para
detectar mentiras y no comprarlas”. Abraham Lincoln expresó mil veces
mejor esta idea con su famosa frase: "Puedes engañar a todo el mundo algún
tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo
el mundo todo el tiempo."
2. “Debemos vender guiones
adaptados basados en hechos reales”. La verdad siempre acaba siendo
mucho más seductora e interesante que la mentira. Nuestras “historias de
marketing” (usando la termología de Godin) serán mucho más efectivas si son
verdaderas o por lo menos "basadas en hechos reales" -como en el cine-. Como dice el tópico, la realidad supera la ficción. Yo añadiría
que la realidad se impone a la ficción y la historia de la Lupe creo es un buen
ejemplo de ello.
María Guadalupe Vélez de Villalobos. Nacida en Méjico en 1908,
hija de una prostituta, -que la envió a San Antonio a ingresar en un convento-,
Lupe empezó a destacar como bailarina y actriz con pequeños papeles acompañando
al dúo cómico Stan Laurel y Oliver Hardy. Su primer papel como protagonista
femenina, The
Gaucho (1927), supuso el salto a la fama. Se la relacionó con Gary Cooper
pero con quien se casó fue con Johnny "Tarzán" Weissmuller,
matrimonio con públicas desavenencias que duró 6 años. Su fuerte carácter le
valió el sobrenombre en Hollywood de "la mejicana que escupe fuego",
término que se usó para algunas comedias que rodó posteriormente. Son, no obstante, las
circunstancias de su muerte por las que María Guadalupe Vélez de Villalobos ha
pasado a la historia.
Lupe planeó un suicido espectacular. Tras
redactar una carta de despedida a su pareja, de la cual estaba embarazada, se
puso su mejor vestido, decoró la habitación con rosas y velas perfumadas e
indigestó una sobre-dosis de somníferos. Se metió en la cama a esperar la
muerte como una bella durmiente. Pero la muerte de celuloide que Lupe planeó no se hizo
realidad. Por la noche las náuseas que le provocaron las pastillas la llevaron
al baño. La mañana siguiente su asistenta la encontró muerta en un charco de
heces y vomito, con la cabeza en el retrete.
- Ficción: Al principio los medios locales divulgaron las circunstancias de la muerte de Lupe tal y como ella la había planeado. (Creyeron que vendía más, que era más glamurosa y adecuada para su estrella)
- Realidad: Poco tiempo después se reveló la verdad.
- Realidad hecha ficción.: Al conocer la historia Warhol la inmortalizó en la gran pantalla. (La historia real es mucho más universal y vende mucho más)